¿Qué abogado vas a contratar?
· Social Media Jurídico.0
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· ¿Cuándo una persona decide solicitar los servicios de un
abogado?
· Cuando le surge una necesidad.
En el artículo anterior ‘social media jurídico.0 · Para ser abogado hay que parecerlo’, hablaba de que la relación abogado-cliente se
establece en base a una confianza personalísima y de que el gran reto es establecer
esa confianza antes de la prestación del servicio jurídico requerido.
También refería que para establecer esta confianza ‘a priori’
es necesario elaborar un plan de comunicación y marketing jurídico en social
media.
Lo lógico sería continuar este artículo y los siguientes de
una manera estructurada abordando la elaboración del referido plan, sin embargo
me ha parecido más atractivo ir lanzando pinceladas sobre distintos aspectos
que debemos ir teniendo en cuenta, de tal forma que vayamos reflexionando sobre
diversas cuestiones que, finalmente, simplemente
con la estructura del plan, nos permitirán comprenderlo perfectamente.
Y después me contáis si realmente se puede generar confianza
con el cliente a través de Social Media.
Pues bien, partimos de que el Social Media Jurídico.0 ofrece las
estrategias a los despachos de abogados para fidelizar los clientes que ya
tenemos y para captar y fidelizar nuevos clientes. Y también partimos de
que en Social Media, esos clientes, públicos,
usuarios, son, ante todo, Personas.
Va la primera pincelada.
Antes de lanzar algunas acciones básicas en social media, deberíamos
saber en base a qué el cliente adopta sus decisiones para que seamos el abogado
que va a contratar.
Efectivamente, una
persona decide solicitar un abogado cuando le surge una necesidad. La necesidad
tiene que surgir, pero también es necesario que la persona sea consciente de
que le ha surgido dicha necesidad y de que no puede resolverla por sí misma,
necesita ayuda.
Encontrar la ayuda
adecuada, la que realmente solvente su necesidad supone someterse a la toma de
decisiones entre distintas opciones y siempre se quiere ‘la mejor’, la que más
satisfactoriamente pueda resolver necesidad.
Lo referido en el párrafo anterior suena genérico, y
realmente lo es. Es difícil definir la necesidad material o social, el dolor,
la ira o la felicidad… la motivación que
conduce a una persona a solicitar los servicios jurídicos.
Es evidentemente
mucho más complejo que definir la necesidad de compra de un pantalón vaquero de
determinada marca. Pensemos en las distintas motivaciones de quien ha resultado
detenido por un presunto delito, quien tras un fracaso matrimonial solicita el
divorcio, quien quiere adoptar un hijo, quien defiende el derecho a la posesión
pacífica de su propiedad, quien ha sido despedido, o quien ha sido demandado
injustamente… y muchos más según las
distintas materias.
Estamos ante situaciones que no se dan todos los días y que
son realmente significativas en las vidas de las personas que acuden a un
abogado. Son situaciones que se escapan de las manos de uno mismo. Se necesita
ayuda. Pero no vale cualquier ayuda, por lo especial de las situaciones, solo
sirve la que realmente vaya a solventar de la manera más exitosa la necesidad
que se ha planteado. Cuando se va a juicio, se quiere ganar.
Cuando compras un vaquero, compras el de marca, pero ¿qué
abogado vas a contratar? ¿Qué marca de abogado?
Cuanto contratamos los servicios de un abogado, no nos
encontramos ante una situación típica de consumo en la que impera el principio
de máxima ganancia y menor gasto en base a unas preferencias genéricas de
consumidor. Optar por un abogado u otro se basa en decisiones completamente
subjetivas y difícilmente predecibles.
Entonces, ¿por qué se prefiere a un despacho de abogados
frente a otro?
Sí, las recomendaciones del que ya ha disfrutado de un
servicio satisfactorio, el boca a boca, pero en todos estos casos cada uno
cuenta la película según le ha ido…
Pero, ¿qué es lo que pasa por la mente de una persona –un
potencial cliente- ante estos estímulos subjetivos?
Pues sus distintas percepciones dependerán tanto del entorno
como de sus propias experiencias almacenadas en su mente.
Las decisiones se toman en el cerebro. Conocer los
mecanismos mentales para comprender la toma de decisiones de nuestros
potenciales clientes es fundamental para llegar a ser el abogado elegido.
Pues bien, en la actualidad se habla de siete zonas del
cerebro, pero de una forma simple podemos hablar de las tres clásicas zonas.
· El cerebro neocortex, procesa la información racional y nos
ayuda a pensar.
· El cerebro límbico, procesa emociones, es el que siente.
· Y el cerebro reptiliano es instintivo, defensor, dominador,
es el que toma las decisiones. Este es el más antiguo el que nos protege frente
a los peligros.
¿Qué significa esto? Pues sencillamente que es con el
cerebro del cliente con el que tenemos que conectar, al que tenemos que dirigir
nuestro mensaje.
Tenemos que identificar cuál es el peligro que acecha o el
dolor que ya está presente en el potencial cliente y poner en marcha la
actuación de su cerebro reptiliano. Aquí juega un papel fundamental la distinta
especialidad del despacho jurídico o del abogado. O qué fue primero la gallina
o el huevo. A partir de la detección de las necesidades definir la especialidad
del despacho, esto también dependerá de la formación jurídica previa
especializada o no. Identificar la necesidad, el dolor del cliente, con la
especialidad del abogado nos facilitará el ser ‘los salvadores’
Ayudar al potencial cliente a ser consciente de su necesidad,
también es un paso más. Un dolor que comprendemos y podemos solucionar. Somos
el camino de su ‘supervivencia reptiliana’
¿Cómo empezamos a convencer a los clientes de que
precisamente nosotros somos su mejor opción?
Propongo unas pequeñas puntaditas en Social Media que, junto con las de los próximos post, iremos
hilando hasta tejer un auténtico Plan de comunicación y marketing jurídico en
Social Media:
· Di cómo tus potenciales clientes se pueden beneficiar de ti. Dilo muy clarito: Abogado para problemas de familia. Hazles
conscientes de sus necesidades.
· Cuenta en tus
perfiles sociales qué valor ofreces que
los demás abogados no pueden ofrecer
· Como abogado has
sido el héroe de otros clientes, pues que se sepa. (Cuidado con el secreto profesional)
· Por supuesto, eres
un experto en materia que estás tratando, escribe sobre ello en el entorno web.
· Charla con los
potenciales clientes en las redes sociales.
· Y, ¿por qué no? Ofrece
un primer contacto gratuito, la desvirtualización te permitirá conocerle mejor
para darle lo que necesita.
La lista de acciones puede ser muy larga. ¿Qué más acciones
propones para ir teniendo en cuenta?
Sobre la necesidad de abordar un plan de comunicación y marketing en social media para los abogados hablamos en el artículo ‘Para ser abogado, primero hay que parecerlo’ y sobre cómo hacer llegar nuestro mensaje para ser el abogado elegido en ¿Qué abogado vas a contratar? . Pero ¿Por qué tiene que estar un despacho jurídico en la redes? Para encontrar y para ser encontrado. En abogado en las redes sociales ¿Un buen gestor de la confianza del cliente?. Para desarrollar nuestra propia marca personal confiable No dejes que nadie presuponga lo buen abogado que eres. Pero no te vuelvas locos, los abogados tenemos límites infranqueables en social media sobre ello en Los límites de la visibilidad en Social Media para el abogado.
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¡Muy buenos consejos! Cuando una persona que no conoce el sector busca un abogado es, como comentas, porque tiene un problema y, además, generalmente tiene prisa por resolverlo. Las recomendaciones de otras personas en esta situación son decisivas para su elección. Utilizar los social media como un canal de comunicación con el usuario es sin duda una buena opción. Todos, tarde o temprano, necesitamos un abogado. Los que tengan buena reputación en las redes tendrán más puntos para ser los escogidos.
ResponderEliminarGracias Marta ¡¡¡ Efectivamente nos guiamos por recomendaciones, como cuando queremos ir al mejor médico especialista. Y de lo que no cabe duda es que las recomendaciones más dimensionadas y transparentes se dan en las redes. Abiertamente comentamos tanto lo que nos ha ido bien, como lo que nos ha ido mal y entramos a conversar buscando empatizar con personas en nuestra misma situación. Trabajar la reputación es básico para todo despacho profesional.
ResponderEliminarUn abrazo ¡¡¡